CAPITULO 4
A modo
de “ flashback “ , recordé como había llegado hasta mi y por qué. Estuve largo
rato arrodillada en el suelo sin moverme
, esperando como una estúpida que algo mágico o desconcertante pasara , y tras cinco
minutos lo único que pasó fue Sócrates , tan rechoncho y pausado como siempre. Se
acercó lentamente a la caja la olisqueó y la abrió , echó un vistazo y me maulló , volvió a miar e insistió comenzaba a ponerse pesado pero yo seguía sin
reaccionar .
Me lanzó
una mirada altiva y eso me hirió el orgullo
, me senté frente a la caja y cogí el libro . Esta vez lo miré con más
detenimiento , era realmente pesado y parecía tener muchos años.- ¿ Cuánta gente
lo habrá usado para que esté tan magullado? -. Lo dejé en el suelo y lo abrí con cuidado . El
olor a humedad y deterioro invadió por unos segundos todos mis sentidos dándome una sensación de grata familiaridad , me sentía como si hubiera
encontrado el libro más antiguo de la biblioteca , y en un rincón , tuviera la
oportunidad de descubrirlo. Era extraño
, sus hojas estaban amarillentas por el
tiempo , pero parecía que nadie lo había usado antes. Comencé a pasar las páginas
y me sorprendió ver que la fecha de edición era exactamente el día de mi
nacimiento , ¿ Realmente era una guía de mi vida? empezaba a plantearme que
fuera verdad. Ojeé un poco más y vi que tenía un índice : experiencias , miedos
, ilusiones , recuerdos…y así varios capítulos más , todos divididos en temas más
pequeños y específicos.
Estaba
tan inmersa en la lectura que no me di cuenta que Sócrates se había metido en
la caja y Nietzsche le estaba intentando sacar, al final entre los dos la
volcaron , y yo salí del trance . “Nitch”
( como llamaba cariñosamente al pequeño Nietzsche) empezó a jugar con los pendientes así que solté el libro , me lancé hacía él , metí rápido la mano y me senté en la cama
para observarlos ; eran tan bonitos , extravagantes y misteriosos que daban la
sensación de ser únicos.
Los dos
animales se sentaron conmigo y los tres miramos los pendientes con curiosidad ,
los mininos maullaron , parecía que les gustaran , que los quisieran para ellos. Bueno
– pensé- yo no me los voy a poner , así que , serán unas bonitas medallas-.
Se los enganché al collar como pude y me aseguré de que no se cayeran . Los felinos ronronearon agradecidos y se marcharon alegremente. -Que curioso , no pensé que tuviera unos mininos tan coquetos-.
Se los enganché al collar como pude y me aseguré de que no se cayeran . Los felinos ronronearon agradecidos y se marcharon alegremente. -Que curioso , no pensé que tuviera unos mininos tan coquetos-.
Eran
las 3 de la madrugada y no tenía nada de sueño estaba intrigada por la lectura , como no tenía que trabajar al día
siguiente me llevé el libro a la cama y
continué leyendo un rato más. Estaba asombrada y desconcertada por la exactitud
de los relatos, era increíble , asustada pensé - ¿ Ha sido Dios quien ha
escrito todo esto? -.
El
sueño acabó venciendo , estaba cansada y aunque quisiera mi agotamiento superó
mi curiosidad, quedándome finalmente dormida.