Yo misma

Yo misma
La paz que uno siente cuando se es libre, no tiene precio.

viernes, 16 de agosto de 2013

CAPÍTULO 4

CAPITULO 4

A modo de “ flashback “ , recordé como había llegado hasta mi y por qué. Estuve largo rato arrodillada en el suelo  sin moverme , esperando como una estúpida que algo mágico o desconcertante pasara , y tras cinco minutos lo único que pasó fue Sócrates , tan rechoncho y pausado como siempre. Se acercó lentamente a la caja  la olisqueó y la abrió , echó un vistazo  y me maulló , volvió a miar e insistió  comenzaba a ponerse pesado pero yo seguía sin reaccionar .
Me lanzó una mirada altiva y eso me hirió  el orgullo , me senté frente a la caja y cogí el libro . Esta vez lo miré con más detenimiento , era realmente pesado y parecía tener muchos años.- ¿ Cuánta gente lo habrá usado para que esté tan magullado? -. Lo dejé en el suelo y lo abrí con cuidado . El olor a humedad y deterioro  invadió por unos segundos todos mis sentidos  dándome una sensación de grata familiaridad , me sentía como si hubiera encontrado el libro más antiguo de la biblioteca , y en un rincón , tuviera la oportunidad de descubrirlo.  Era extraño ,  sus hojas estaban amarillentas por el tiempo , pero parecía que nadie lo había usado antes. Comencé a pasar las páginas y me sorprendió ver que la fecha de edición era exactamente el día de mi nacimiento , ¿ Realmente era una guía de mi vida? empezaba a plantearme que fuera verdad. Ojeé un poco más y vi que tenía un índice : experiencias , miedos , ilusiones , recuerdos…y así varios capítulos más , todos divididos en temas más pequeños y específicos.  
Estaba tan inmersa en la lectura que no me di cuenta que Sócrates se había metido en la caja y Nietzsche le estaba intentando sacar, al final entre los dos la volcaron , y yo salí del  trance . “Nitch” ( como llamaba cariñosamente al pequeño Nietzsche) empezó  a jugar con los pendientes así  que solté el libro , me lancé hacía él  , metí rápido la mano y me senté en la cama para observarlos  ;  eran tan bonitos ,  extravagantes y misteriosos que daban la sensación de ser únicos.
Los dos animales se sentaron conmigo y los tres miramos los pendientes con curiosidad , los mininos maullaron , parecía que les gustaran , que los quisieran para ellos. Bueno – pensé- yo no me los voy a poner , así  que , serán unas bonitas medallas-.
 Se los enganché al collar como pude y me aseguré de que no se cayeran . Los felinos ronronearon agradecidos y se marcharon alegremente.  -Que curioso , no pensé que tuviera unos mininos tan coquetos-.
Eran las 3 de la madrugada y no tenía nada de sueño   estaba intrigada por la lectura , como no tenía que trabajar al día siguiente  me llevé el libro a la cama y continué leyendo un rato más. Estaba asombrada y desconcertada por la exactitud de los relatos, era increíble , asustada pensé - ¿ Ha sido Dios quien ha escrito todo esto? -.
El sueño acabó venciendo , estaba cansada y aunque quisiera mi agotamiento superó mi curiosidad, quedándome finalmente dormida.


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