Yo misma

Yo misma
La paz que uno siente cuando se es libre, no tiene precio.

domingo, 12 de enero de 2014

CAPÍTULO 12




Era un día precioso por lo que no dudé un sólo momento y me dispuse a  hacer mi primera tarea. Me puse ropa cómoda , metí en un pequeña mochila lo necesario : la cartera , agua , algo de picar , una libreta y un boli  . Antes de salir les puse algo de agua  , cogí mi ipod y salí por la puerta .
-¡¡¡¡ BBBFFFFF!!!- bufó Nietzsche - Te hemos dicho que nada de aparatos eléctricos-.
- Pero yo creía que sólo te referías al móvil.- respondí apenada.
El gordo tiró de los cascos. - Tienes que aprender a vivir sin tantas cosas y disfrutar del contacto , esto te aísla del mundo-.
- Vale , vale . Pero guardo los cascos que luego me los rompes- contesté malhumorada a Sócrates.
- ¿Por qué te crees que lo hacía? No me gusta nada que te los pongas , pasas de todo , no te enteras de lo que tienes alrededor y es malo para tus oídos . Aunque debo reconocer que morderlos es relajante.-
Le eché una mirada asesina recordando todos los cables que me había roto en estos años y cerré la puerta de golpe.

Hacía fresco , instintivamente metí la cabeza dentro de la bufanda intentando resguardarme un poco , el cielo estaba despejado y el sol era cegador  . Comencé a andar para entrar en calor y al momento sentí que algo dentro de mí cambiaba ; una sensación de paz y energía recorría mi cuerpo , respiré hondo y noté como el aire frío llenaba mis pulmones , mis sentidos estaban más despiertos que nunca y me sentía realmente sensible a todo . Percibía cómo los rayos del sol me acariciaban la cara , el asfalto bajo mis pies  y el movimiento a mi alrededor ; mis oídos se jactaban del ruido  , no me sentía agobiada , disfrutaba de las risas , el piar de los pájaros , las prisas de los coches y los sonidos cotidianos.
Observaba todo a mi alrededor , y me fijaba en cosas que antes nunca hubiera percibido , siempre iba acelerada , nunca disfrutaba de un buen paseo . Advertí que las tiendas del barrio habían cerrado casi todas , que la zona de chalets por la que me gustaba pasear tenía varías modificaciones en las casas y algunas estaban en venta y que el centro estaba repleto de tiendas de ropa china.   Tras un largo paseo llegué al parque grande de la ciudad y decidí sentarme un rato  , no estaba cansada pero me apetecía disfrutar del paisaje. Desde la zona alta del parque se podía gozar de una espléndida vista del casco antiguo y de una tranquilidad muy apacible , me senté en un banco del mirador y me dispuse a escribir ; la ideas brotaban por doquier , me tiré horas escribiendo y cuando alcé la vista me percaté que ya era casi medio día. Estaba entumecida , me desperecé como un oso , me regalé una sonrisa de satisfacción y tranquilamente regresé a casa. No sentía tristeza , ni estrés sólo caminaba , estaba tranquila , en paz y una sonrisa se dibujaba en mi cara.
Al llegar a casa los gatos sintieron mi energía y ronronearon complacidos . Solté las cosas  , estaba inspirada y tenía hambre , cogí un libro de recetas , de esos que me compraba y nunca usaba por falta de tiempo o de ganas y empecé a cocinar  .

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